pasión y contenido que la gente nos escuche. La verdad salvadora tiene que ser presentada de tal forma que sea ineludible. Además, casi siempre surge la inquietud: «¿Cuán extenso debe ser el sermón o cuánto tiempo debe tomar?» En Christian Science Monitor [El observador de la ciencia cristiana] apareció hace un par de años un artículo sobre lo prolongado de los sermones. Se llegó a la conclusión de que, debido a que la gente hoy día no escucha, el sermón nunca debe pasar de quince minutos. ¡Imagínense!
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